"Yohji"
es un perfume único y muy especial que se huele y se disfruta en dos tiempos.
El primero es un collage de notas verdes (bergamota, gálbano, cardamomo)
con un sugestivo bouquet de frutas y flores (piña, frambuesa, grosella,
melocotón, jazmín, rosa, heliotropo) que nos ofrece un festival de colores
y de olores muy variados. La faceta aterciopelada del melocotón, la
empolvada del heliotropo o la pulposa de la piña se combinan con
la especiada del cardamomo y la vegetal del gálbano, jugando con la elegancia femenina que
aportan las flores.

El segundo tiempo nos desvela la gran
riqueza de este perfume. Maderas ambarinas, almizcle y vainilla
despliegan sus balsámicos tentáculos para atraparnos en una espiral
irresistible a la que nos abandonamos placenteramente.
La complejidad de "Yohji" es
su atractivo principal. No resulta evidente que una salida verde de gálbano
se maride bien con una frambuesa o una piña, de igual manera que
los toques dulces de las frutas cohabitan perfectamente con especias y con
notas ahumadas de incienso que se enroscan al perfume.

Jean Kerleo ha conseguido que todo cobre
sentido en un perfume muy técnico que, a imagen de la moda de Yohji Yamamoto,
se estructura en cortes y capas que se ensamblan perfectamente para conseguir
un efecto de segunda piel.

Una amiga me contó una vez que un ligue
de la universidad le regalo este perfume. Del chico ella no se acuerda muy
bien, pero del perfume que le regaló nunca s...