Si he de ser sincero, no me esperaba esta joyita de floral afrutado tan sorprendente en un perfume en edición limitada, y menos aún, ¡en un floral afrutado! Lo digo porque es la familia más castigada y sobreexplotada de la perfumería, a unos niveles inmoderados donde la mayoría de las veces nos encontramos auténticas vulgaridades, aburridas, sucedáneas y soporíferas.
Pero "Kyoto" es un oasis de creatividad en un desierto de mediocridad. Su originalidad le viene dada por una nota de remolacha que con sus notas entre azucaradas y vegetales, transforma el romanticismo y la fragilidad de la rosa en una visión memorable de una flor, estoica, moderna y urbana. Amaderado y terroso (pachuli yvetiver), el fondo es un elegante marco natural que transforma al perfume en un invernadero exótico, lejos de la idea preconcebida de jardín romántico inglés en primavera. Con "Kyoto" viajamos a un jardín japones en el centro de una gran urbe, cercado por grandes torres de hormigón y acero pero protegido por la intimidad y la paz que se respira en su interior. Una nota de inciensocierra el perfume con un toque de misticismo especiado y balsámico. Una pausa espiritual en este paseo botánico, cual pagoda milenaria que surge entre los arbustos y estanques de este jardín imaginario, para regalarnos un momento de contemplación y meditación. "Kyoto" es un perfume refinado, hermoso y evocador. Destila sofisticación natural y me recuerda sobremanera ...