Una palabra para definir este perfume: equilibrio..., o también diría, armonía. En tiempos de excesos, falta de creatividad y mega diluidos, ?Idole d?Armani? apareció en el horizonte como un rayo de esperanza para todos lo que seguían creyendo en una perfumería más creativa, inspirada y cualitativa. Fue también una manera de compensar el desagravio que supuso haber sacado al mercado dos años antes el incomprensible "Emporio Armani Diamonds", pero eso es tema para otra reseña. Clásico en su concepción (el perfume se imagina como un chypre floral) y moderno en su ejecución, "Idole d'Armani" nos seduce con su personalidad paradójica que puede mostrarse cálida y sensual, pero también, chispeante y vigorosa a la vez. Elegante, como no podía ser de otra manera para un gran femenino Armani, pero con un toque casual muy chic que lo hace muy versatil. Con un aire vintage de perfume de los años 30, de novela de Francis Scott Fitzgerald, ?Idole d?Armani? combina la delicadeza de las flores con el carácter explosivo de las especias, en un perfume fluido, delicado, no muy intenso y de un romanticismo novelesco. Un giro interesante en los perfumes Armani, pues nunca antes habíamos visto este tipo de construcción, lo que nos hace pensar en un moderno sucesor de "Giò". En perfume gira en torno a dos notas florales: la rosa y el jazmín, que se inflaman con fogosidad conducidas por las notas metálicas de especias como el jengibre, elaza...