Con la primera pulverización de ?Ani?,
un susurro antiguo de ruinas y piedras milenarias cobra vida. Una creación
olfativa excepcional que rinde homenaje a la historia rica y la fusión cultural
de la antigua ciudad armenia que lleva su nombre. Inspirada por el mestizaje y
el legado de Ani, este perfume es una oda aromática a la esencia mística y
cultural que una vez floreció en la frontera Turco-Armenia.

Desde la primera inhalación, ?Ani? despliega
una base oriental rica y envolvente, donde la vainilla se convierte en la protagonista indiscutible. Esta musa,
cálida y seductora, establece el tono de la fragancia, creando un aura de
riqueza y suntuosidad que evoca los vestigios de la grandeza de la antigua ciudad.

Las especias, chispeantes y verdes, dan vida a la composición. El jengibre y
el cardamomo aportan una vivacidad
que refleja la agitación de tiempos pasados, mientras que notas terrosas como
el akigalawwod y el cedro añaden profundidad y conexión con
la tierra que una vez fue testigo de innumerables batallas.

En el poema olfativo de ?Ani?, hay un
eco de chocolate amargo que se
entrelaza con pétalos de rosa y hojas de grosella, aportando una dulzura
sutil y decadente, como un delicado guiño a los placeres admirables de los que
un día disfrutó la gran capital.

La fragancia es un himno a la
espiritualidad y grandiosidad de la ciudad que llevó el sobrenombre de ?la
ciudad de las mil y una iglesias?. Los aromas de benjuí se elevan como plegarias, en...