Podría presentar este perfume de dos maneras diferentes. Una opción sería compararlo con el perfume original del que se inspira. La otra, juzgarlo por lo que es, sin más. Si lo comparo con ?Acqua de Giò pour Homme? diría que encuentro bastante de común en ambos, aunque este, es más intenso, tiene más cuerpo, es más elegante, derrocha más sex-appeal y sobre todo?, es mucho más moderno.
Si lo juzgo únicamente con la nariz diría que es una perfume acuático extraordinario, bien reflexionado, bien orientado y sobre todo, bien orquestado. Nunca he sido fan de las fragancias acuáticas, simplemente no funcionan en mi piel. Pero puedo reconocer un buen acorde marino cuando lo huelo. ?Acqua de Giò Profumo? consigue dos cosas que para mí no son habitualmente evidentes en un perfume. La primera es plasmar de manera contundente una naturaleza brutal y contrastada. Interpretar la fuerza de los elementos a través de un acorde acuático, aromático y mineral que es capaz de evocar una costa inhóspita, donde las olas y el viento han ido modelando acantilados aviesos y playas salvajes.   La segunda, es justamente ser capaz a posteriori de dominar esos elementos y humanizarlos. Someterlos y utilizarlos para contar una historia muy diferente. La historia de una masculinidad que vence a su propia naturaleza salvaje y que se sirve de ella para crear el mito. El atractivo seductor de ?Acqua de Giò Profumo? radica en esa dualidad que lo contiene. ¿Elegante y carismáti...